Esta receta se puede hacer con pollo, ternera, cerdo... vamos, lo que tengáis a mano. También se la vi hacer a David de Jorge y me pareció que tenía una pintaza y además es muy fácil de hacer. Yo la he reinventado un poquito de como la hizo él (yogur en vez de nata, lima en vez de limón) pero es básicamente la misma.
Por otro lado, es otra forma de salirse de lo típico del pollo; asado, a la plancha, empanado, etc. Así que probadla, porque es muy fácil y riquísima.
Ingredientes
1 pechuga de pollo entera (con las dos mitades)
200 gr de champiñones limpios
media cebolla grande
2 dientes de ajo
1 yogur natural
1 cucharada de miel
1 cucharada de salsa de tomate
1 cucharada de mostaza
1 chorrito de vino blanco
zumo de una lima
pimentón
1 clavo de olor
aceite
sal
Lo primero es salpimentar las pechugas (yo antes las he partido en 4; cada mitad en 2) y hacerlas en una sartén a fuego fuerte para que queden doraditas. Cuando estén hechas las dejamos reposar en un plato.
Cortamos la cebolla y el ajo en daditos y lo pochamos en una cazuela con sal y el clavo de olor. Cuando estén pochados (transparentes) añadimos los champiñones cortados en láminas. Dejamos que se ablanden durante unos dos minutos. Cuando el champiñón haya sudado, añadimos el chorrito de vino, el pimentón y la salsa de tomate. Dejamos reducir un poco a fuego lento. Añadimos el yogur y dejamos que se mezcle durante un minuto.
Cortamos las pechugas en tiras y el jugo que haya soltado el pollo lo añadimos a la cazuela. La separamos del fuego y añadimos la miel, la mostaza (si es mostaza en grano mucho mejor) y el zumo de lima. Rectificamos de sal y añadimos el pollo. Mezclamos todo y listo!
En esta receta tiene que notarse el ácido del limón, pero en función de vuestros gustos podéis echar más miel, más mostaza, etc.
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